sábado, octubre 03, 2009

Pizzas y polillas en el tigre

Con el tiempo descubrí cuanto me gusta escuchar historias contadas por gente mayor. Me resulta muy interesante imaginarlos cuando jovenes viviendo las historias que cuentan, y muchas veces hace falta esforzarse para verlos haciendo lo que cuentan, uno no se esperaría que a los 12 años envien a una nena a prender las bombas que robaban el petroleo desde bolivia para traerlo a argentina.

A los 9 empezó a trabajar en la Standard Oil Company, siendo chica ya sabía manejar armas, a los 11 había matado a un puma de un balazo entre los ojos.

En su vida jamás sintió miedo.

Durante 14 años hizo de todo, como enfermera la obligaban a comer mientras operaban, quienes no lo hacian eran despedidos. Habia que comer con la sangre de los pacientes en las manos, así demostraban que eran aptas para el trabajo.

Viajo en el primer Jeep que llego al país, tenía un promedio de estadía en cada lugar de 3 meses. Conoció gran parte de Argentina, Chile, Bolivia y Paraguay viajando entre los diferentes campamentos que tenía la refinería.

En la Standard le pagaban muy bien, ganaba 40 pesos cuando el resto de los obreros recibía solo 20 centavos.

Se estuvo por ir a vivir a Inglaterra, pero se quedó y se caso con mi abuelo.

Pagamos y nos fuimos a caminar por el tigre mientras llevaba del brazo a mi abuela.